14/12/07

Relato abierto de Antonio Carpaso

Primera parte
Manivelas

Antonio Carpaso escribía poemas y relatos un tanto desangelados. Jamás encontraba un hilo conductor o un paisaje bien construido. No sabía explicar la causa de sus rodeos a la hora de escribir. Por supuesto, era un escritor fracasado y un lector muy constante. No podía mirar hacia dentro como hacen los autores de verdad, sin embargo, conocía el camino de las ideas, un trayecto de fuera hacia dentro al fin y al cabo.
Algo le empujaba a escribir, de lo contrario enloquecería. Era consciente de que existían escritores buenos, maestros, muy buenos, malos, mediocres, muy malos, plagidores hábiles, retóricos, histriónicos, laberínticos, poéticos depurados, fantásticos o realistas, satíricos, comediantes, prosistas de la risa. En definitiva, una lista interminable de falsificaciones y mentiras profesionales.
Los personajes de sus cuentos eran casualidades o accidentes, encuentros sonámbulos con la realidad. De ahí que no haya muchos universos particulares en su obra. A veces se avergonzaba de la forma en la que encontraba estos personajes y otras, en cambio, se alegraba de poder salvarle la vida a un personaje secundario de algún periódico, donde muchas veces una meada en una verja pasaba a ser una lluvia de cohetes.
En cierta ocasión, leyendo el diario en un bar regentado por chinos con nombres catalanes, Antonio Carpaso encontró una noticia sobrecogedora y siniestra. Un padre había matado a su hijo de 6 años y después se había suicidado con un objeto punzante. Al parecer, el tipo llevaba un año separado de la mujer y en trámites de divorcio. Estaba bajo tratamiento psiquiátrico y con problemas para afrontar una hipoteca. La situación no podía ser mas triste y desoladora. De pirados está lleno el mundo, pensaba Antonio Carpaso mientras apuraba las letras del periódico. En ese preciso instante, una anciana lunática se acercó por detrás quitándole el periódico de las manos. Le dijo que su tiempo había terminado. Antonio Carpaso se quedó con los ojos suspendidos y no acertó a decirle nada. La anciana miró durante un instante la portada y volvió a dejar el periódico en la mesa. Ya está, nada, si es que nos roban por todas partes, dijo la anciana lunática al mismo tiempo que cerraba la puerta del bar y arrastraba los pies por Progrés 16. Carpaso no sabe que esa mujer acabaría siendo un personaje crucial en la historia. Ahora lo sabe el lector, pero igualmente sabe que no existe ninguna probabilidad de que eso sea cierto. Necesita que le diga como era ese personaje, una descripción más exacta, si era de familia de titiriteros o un charlatán visceral no tiene mucha relevancia, puesto que los personajes de sus cuentos se escapan a la mayor brevedad posible y deciden morderse la lengua acaso sin motivo, o con la preocupación de conocer los fantasmas de la inventiva.
A no sabe nada de la vida de B. Pero B si conoce el nombre y la dirección de A. En esta situación, B le da vueltas a lo mismo y no sabe que hacer. Está desesperado y tiene que tomar una determinación. No lo sabe, pero lo hará. Y en cualquier caso, la forma de intervenir en la acción será una brecha intrascendente en la veracidad de los hechos.

3 comentarios:

Carmela Negrete dijo...

-Los personajes pueden ser cualquier cosa, hasta pueden ser otros blogguers que se cuelan en tu relato, desde el momento que lo dejas abierto a los comentarios...- contestó en aquel momento el hombrecillo de traje ajustado y reluciente. Y puso en marcha el motor. Y voló a otra galaxia.

Tania dijo...

Aún esperando a la segunda parte, dándole al caso su condición de "abierto".....
los personajes literarios, las creaciones, las acciones del autor..a menudo trascienden los cuentos y se hacen reales, los hacemos reales. Porque, en si, surgieron de una realidad, que se transforma, y vuelve a si en el lector( mas alla de identificar o no los cambios culitataivos de cualquiera de las realidades)...Que sean pateables o admirables...no depende de la condicíon del personaje y su relacion afectiva con el lector????

La primera parte de la historia se me hace imágen en la escena de la pelicula La mala educación en la que Fele Martinez busca desesperadmente en los periódicos una historia que contar...

Sigue escribiendo, te sigo desde las sombras.

Un beso.

eSadElBlOg dijo...

y que miraba la señora en el periódico? y la señora es la madre de A? Y B finalmente se presentó a A?