Oigo a mi yo palpitar indoloro,
siento que el magma puede estallar,
abatido y humano, delicado y abismal.
Soy un lunes en mitad de la noche,
parapetado en el suelo de la ciudad.
Yo rompo todos los obstáculos,
soy como un cuento sin final.
Y mi alma baja a los infiernos,
bate la conciencia a la comodidad.
Yo sin ti muero impaciente,
síndrome rampante, informe desigual.
Con el nombre, en el sexo, por el juego,
mi ego inflamado o la única cosa que no puedes comprar.
26/2/08
Mi ego inflamado.
publicado por
Pedro Chincoa
en
18:13
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
un post intenso desde luego, creo que tengo leerlo un par de veces.
Y decía cierto poeta místico que todos tenemos dos egos: uno diminuto y uno monstruoso. El yo humilde que todos pretenden amar porque es incapaz de realizarse, y el otro, más furibondo y poderoso, más oscuro, más trágico. Ese yo soberbio que nadie ama, pero que, gracias a su fe en sí mismo, lo puede todo.
"And Don´t give up the fight..."
Saludos
hola te invito a participar en mi blog directorio y de votaciones http://aquiestatublog.blogspot.com
te conocerán un poco mas
soy un particular en esta aventura y voy de blog en blog escogiendo a los mejores a si que pásate y deja tu blog en el libro de visitas,si consideras que esto es spam te pido perdón y ya que estas en el mira algo de publi,eso valora mi trabajo
Me gustan tus versos. Tienen fuerza y la derrochas...
También me ha gustado tu comentario en mi blog. Gracias por tu punto de vista.
Besos desde mi orilla.
"La vida hiende vida en plena vida.
Y aunque la muerte gane la partida,
todo es un campo alegre de batalla."
Salud desde el Sur.
ah! me gustó el símbolo fálico de la foto
Publicar un comentario