14/4/08

La habitación amarilla

Fotografía de Candela Moriana



















Las horas consumen despacio,
como una luz amurallada,
quiero morir así,
en el acto.
Mientras sonríes:
muerdes la almohada,
gimes,
y de placer sangran tus labios.

Me desprendo de las palabras
o las tenazas del miedo
que pesan como clavos.
Me vuelvo animal salvaje
que mastica tu carne
y te inventa a horcajadas
montado en el sueño
autónomo, temporal, secreto.

Escucho un pulmón entrecortado
que improvisa el ritmo de tu cuerpo.
Y ya vacío de sentimientos
y de urgencias,
con el semen en los dedos
y la música de lejos,
me duermo en la esquina
curva
de la habitación amarilla
donde el tiempo se fuga.

6 comentarios:

38 grados dijo...

me ha encantado. Texto frenético, animal, realmente orgásmico.
un abrazo

Anónimo dijo...

Querido hermanito. Veo que mejoras ostensinblemente tus textos. Enhorabuena. Algo tendremos que hacer con ellos.

Un beso fuerte y ánimo.

Tania dijo...

Fuerza, instinto del poeta. Genera empatía, unidos por la carne. Un beso. Tania

Maria Coca dijo...

El tiempo se fuga pero las sensaciones permanecerán en la memoria de esas paredes y en la tuya.

Una vez más, mi enhorabuena.

Besos desde mi orilla.

Amimusa MANoU dijo...

Que buena ésta, tu última musa ...

Pinta la habitación de morado, y así dispondrás de un nuevo escenario.

Carmela Negrete dijo...

Mas chinkowsky que nunca :P