"La estaca acaba cansando a quien la maneja, mientras que la esperanza de llegar a ser poderoso y rico con que están atiborrados los blancos no cuesta nada, absolutamente nada. ¡Qué no vengan a alabarnos el mérito de Egipto y de los tiranos tártaros! Estos aficionados antiguos no eran sino unos maletas petulantes en el supremo arte de hacer rendir al animal vertical su mayor esfuerzo en el currelo. No sabían aquellos primitivos, llamar Señor al esclavo, ni hacerle votar de vez en cuando, ni pagarle el jornal, ni sobre todo, llevarlo a la guerra, para liberarlo de sus pasiones. Un cristiano de veinte siglos, algo sabía yo al respecto, no puede contenerse cuando por delante de él acierta a pasar un regimiento. Le inspira demasiadas ideas."
Louis-Ferdinand Céline
Viaje al fin de la noche
1932
Louis-Ferdinand Céline
Viaje al fin de la noche
1932
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